Testamento en caso de epidemia

El testamento en caso de epidemia es una figura que creíamos caduca. Un vestigio de tiempos más oscuros, cuando pandemias como el colera, tifus o la misma peste asolaban al país, pero que, debido a la epidemia de COVID-19 o «Coronavirus» puede volver a ser útil en algunos casos determinados.

Testamento

Recoge el Artículo 701 del Código Civil lo siguiente:

«En caso de epidemia puede igualmente otorgarse el testamento sin intervención de Notario ante tres testigos mayores de dieciséis años.»

El artículo es muy descriptivo en si mismo, y fue pensado para épocas en las los medios sanitarios y de comunicación no estaban tan desarrollados como ahora. Bastaba con que unos vecinos del testador estuvieran presentes para poder recoger sus últimas voluntades.

Testigos

Lo único que tenemos que explicar es que no podrán ser testigos en los testamentos de este tipo:

• Primero.-  Los menores de edad, salvo lo dispuesto en el artículo 701.
• Segundo.- Los que no entiendan el idioma del testador.
• Tercero. – Los que no presenten el discernimiento necesario para desarrollar la labor testifical.

Los artículos siguientes nos exponen, que de ser posible, el testamento se dejará por escrito, aunque este hecho no será obligatorio.

Por último, si una vez pasada la epidemia, el testador no se ratifica ante notario, el testamento devendrá en ineficaz si trascurren dos meses desde que haya cesado la epidemia. También quedará ineficaz el testamento si dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento no se acude al Notario competente para que lo eleve a escritura pública, ya se haya otorgado por escrito, o por el contrario, de forma verbal.

De todos modos, no habría que alarmarse, ya que según le consta a este despacho, los notarios siguen realizando su labor, incluso acudiendo a los domicilios de las personas más necesitadas para que puedan realizar testamento si lo ven necesario.Esperamos que esta herramienta jurídica no tenga que ser utilizada por nadie, y que esta entrada quede simplemente como una mera curiosidad legal.